El hilo del que pende nuestra travesía está situado más en el mundo mismo que en nosotros. Aveces es el destino quien clama el desvanecimiento del alma, aveces la decisión propia, en todo caso siempre hay un desconocido y bien merecido fin.
Piénsenlo de esta manera, la muerte da sentido a la vida, da espacio a los que aún conservan trayectoria, de camino y orientación. Sin casos de asesinato, por ejemplo, reclamaríamos (tal vez al gobierno) por no tener espacio y por escasez de recursos, la sobrepoblación sería inevitable.
Reconozco que los que mueren de manera inesperada comúnmente no lo "merecen", pero aún así tienen que reconocer que la muerte es necesaria, todos vamos a llegar a ella, (y de esa manera, aunque ya un poco contrario a lo escrito anteriormente, todos la merecemos) solo cabe esperar y suplicar a un ente superior por suerte y tiempo, para vivir un poco más, por que en realidad nunca sabremos cuando nos llegará el día en que cerremos los ojos eternamente, o tal vez no eternamente, quién sabe.
Todo termina simplemente un juego de dados, la suerte y el azar dominan el movimiento de las masas, de la Tierra misma. Un accidente se causa al estar las victimas en el momento y el lugar precisos para que dicha desgracia pase, aunque para quienes creen en el ser predestinado ya todo estaba "escrito" y tenía que pasar de esa manera, para los escépticos fue una simple coincidencia, es decir, mala suerte.
Pero, ¿por qué tanto miedo a la muerte?, puede que sea solo un paso más, o tal vez el final de todo (aún así la mayoría de los que le temen a la muerte se la pasan quejándose de su vida), tal vez sea un nuevo comienzo, nada es seguro, excepto algo, todo ser llegará a ella, sin importar lo que quiera, ni cuando lo quiera, ahí llegará, aveces, de forma menos esperada que lo deseado.